sábado, 20 de noviembre de 2010

"Somos parte"


Con un grupo de compañeros y amigos, hemos logrado escribir un libro el cual se llama "Somos parte", lo hemos registrado y presentado en la ULZ y ahora estamos en marcha buscando una editorial... aquí les dejo una síntesis de el mismo:


"Nuestra intención es sumergir al lector en un ámbito en el cual se pueda sentir identificado con la esencia de nuestra persona. Entre placer, humildad, experiencia, discusión y mesura queremos lograr que ustedes sean testigos de lo que pasa día a día. Y logramos dejar grabados en estas páginas a 19 personas, que como todos, con esfuerzo construyen su felicidad, porque si así lo hacemos las cosas buenas vendrán obligatoriamente. Solo por el puro y exclusivo placer de ser argentinos, porque es eso lo que somos. Este libro se propone ayudar a las personas a ver desde otras perspectivas, a vivir la vida de alguien más, a ver la realidad sin mentiras, la verdad sin falsedades.

somos lo que nosotros queremos ser,

¡¡SOMOS ARGENTINOS!!!"


todo aquel que este interesado en leerlo me lo puede pedir vía email ha: somos.parte@hotmail.com o bien aqui mismo

domingo, 26 de julio de 2009

.... la continuidad de los parques(diferente final)....

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restallaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.
Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano. la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.nunca me habia detenido a pensar en como iba a morir, pero al voltear el sillon, perplejo el puñal se me cae, no hubiera imaginado algo parecido a esta situacion incluso de haberlo intentado. La con funcion me invadio, de espalda era un hombre de frente una mujer, mi amante. Con la respiracion contenida, contemple fijamente sus ojos oscuros de ella, me devolvió la mirada, en ese momento me di cuenta que me sedujo de ella era mi muerte, mi fin.

martes, 23 de junio de 2009

... EL FUTBOL... MI GRANATE,,,, (modificacion)




Qué es de uno si no tiene un equipo por el cual sufrir? Si no tiene un equipo por el cual llorar?

Muchas veces decimos: “Así no se puede, con esto no llegamos a nada” y al próximo sábado o domingo ya estamos alentando al equipo y gritando: “pero con estos leones salimos campeones”.

Todo futbolero recuerda la primera vez que fue a ver al equipo de sus amores, el día ese en que su equipo le dio la primer gran alegría de su vida, o la primera vez que lo hizo llorar, la primera vez que lo decepcionó, “esa vez”, me entendés?

La pasión por un equipo lo puede todo. Puede hacernos encontrar los $30 pesos que antes no teníamos, solo para comprar una entrada. Puede hacernos mentir a nuestros novios: “hoy no puedo porque tengo que quedarme en casa a cuidar a mi abuela”, para después aparecernos pintarrajeados con los colores de nuestro corazón, en la “popu”.

Salen los equipos. Los colores y los gritos se mezclan con un toque de fuegos de artificio y bombas, mientras que por abajo se escucha “gaseosas, panchos, milas!!” “gorros, banderas, banderines!!”. Por otro lado se escuchan redoblantes bombos y trompetas. Silbidos a lo lejos, para el equipo rival. Insultos que van de lo grotesco a lo burlón para el lineman, acompañados por el H20 bucal de algunos plateistas.

Todo en orden, dice el colegiado.

“Silencio”, si se puede decir, para escuchar el pitazo inicial. Ese pitazo que va a decir: “por los 90 minutos siguientes te vas a olvidar como te llamas, donde vivís, de donde sos. Solo vas a ser uno mas del equipo, el que va a dar su aliento para que estos 11 guerreros no bajen los brazos.”

La pelota gira, con una gracia infinita. Los jugadores la siguen al compás, acariciándola. Se acercan al área, el estadio completo se para, se enmudece. El jugador remata y el balón juega una danza rara con la red, al tiempo que comienza un sonido ensordecedor que parece no tener fin.

La alegría explota, se nota en los rostros coloreados que lo rodean a uno. Abrazos, llantos, gritos. Lamentaciones del otro lado. Pero… De golpe te das cuenta… Qué? Gol de quién? el pepe? el pepe otra vez hai dandonos otra alegria mas...
unas de las tantas alegrias que nos venis dando campeonato a campeonato desde que empesastes en el 2007...


... ENAMORARSE....


Enamorarse. El enamoramiento correspondido hace que nos sintamos felices

Enamorarse es un estado emocional de alegría y felicidad que sentimos cuando nos encontramos fuertemente atraídos por otra persona, a la que idealizamos y le atribuimos toda una serie de cualidades que en la mayoría de los casos magnificamos.

En cada persona el enamoramiento surge por causas diferentes y específicas. Vemos en esa persona a un ser encantador que nos cautiva por una serie de cualidades que nos gustan y nos atraen, su manera de ser, comportarse, moverse, belleza, inteligencia, etc. Incluso a veces no encontramos una causa objetiva y concreta que justifique los sentimientos que experimentamos.

Cuando la persona enamorada es correspondida, siente un deseo irresistible de estar con la otra persona, de conocerla y de ahondar en su vida. Pero cuando esto no es así y el enamorado no es correspondido, experimenta un sentimiento de tristeza y frustración que tendrá que ir superando para salir de este estado.

sábado, 6 de junio de 2009

... el amor y odio....

El amor es algo fácil, el odio es algo fácil, pero tú eliges. Dices: «Sólo voy a amar, no voy a odiar». Así todo se vuelve difícil. ¡Así ni siquiera puedes amar! Inspirar es fácil, espirar es fácil. Pero tú eliges. Dices: «Sólo voy a inspirar, no voy a espirar». De esta forma todo se vuelve difícil. La mente puede decir: «¿Para qué espirar? La respiración es vida. Simple aritmética: inspira, no expulses el aire; estarás cada vez más vivo. Acumularás más vida. Tendrás grandes reservas de vida. Inspira solamente, no espires porque espirar es morir». [...] El amor es inspirar, el odio espirar. ¿Qué hacer entonces? La vida es fácil si no decides, porque entonces sabes que inspirar y espirar no son dos cosas opuestas; son dos partes de un mismo proceso. Y estas dos partes son orgánicas, no puedes dividirlas. ¿Y si no espiras...? La lógica se equivoca. No vivirás; sencillamente, te morirás inmediatamente

viernes, 5 de junio de 2009

...LUNA NUEVA...


-... Mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú te cruzaste en mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, tódo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por su luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido. -

- Se te acostumbrarán los ojos . -

- Ése es justo el problema, no pueden. -


¿Miedo a la muerte o al sufrimiento?


Por que tanto miedo a la muerte… o mas bien por que los argentinos le tenemos tanto miedo, en otras partes del mundo la muerte esta bien vista, aunque duele y no es un agrado; la esperan con ansias.

Ahí tanta gente joven que le teme a la muerte, yo creo que cuando la gente le tiene tanto miedo es porque se siente muy poco realizada. Es decir, que sienten que les falta mucho  por hacer en esta vida, por lo que no pueden morir en ese momento,  o será la duda de “¿que habrá después de la muerte?”

También no dejemos atrás el pensamiento de sufrimiento y dolor que es aun mas profundo, todos tememos a la muerte pero al caso de sufrir preferimos morir ¿Por qué? ¿La vida es tan mala? o ¿la muerte tan buena? La gente le tiene miedo a la muerte dolorosa…

Freud había trabajado sobre las "pulsiones de muerte", sobre que cada individuo, inconcientemente deseaba volver al estado de "No-necesidad”, lo que traía felicidad, pero irónicamente, la única manera de volver a ello, era muriendo. 
En mi humilde opinión, creo que la gente más que miedo a la muerte, tiene miedo a que después de la vida terrenal, no exista nada, y su existencia deje de perdurar en el tiempo, sin vidas futuras, ni nada raro por el estilo.